Cobre y aluminio recuperado de cables - Álvarez San Miguel

El proceso de reciclaje de cables tiene como principal objetivo recuperar, con la mayor pureza posible, los metales conductores de los que están compuestos (principalmente cobre y aluminio), separándolos de materiales no metálicos como plásticos, cauchos o fibras textiles.

Como ya sabes, todo comienza con la recogida y la clasificación de los cables, algo que realizamos las empresas autorizadas como Álvarez San Miguel. Los cables que llegan a nuestro centro suelen proceder de instalaciones eléctricas, de infraestructuras industriales, de demoliciones, de redes de telecomunicaciones y, también, de obras y reformas domésticas.

Una vez en la planta, los cables pasan por procesos mecánicos para reducirlos a fragmentos pequeños y facilitar la separación de sus componentes. Pero, una vez finalizado el proceso, ¿qué ocurre con el cobre y el aluminio recuperado de los cables? ¿Qué empresas lo utilizan y para qué? Pues hoy vamos a hacer un repaso por el destino final de los metales que están presentes en los cables reciclados.

¿Dónde termina el cobre y el aluminio recuperado de los cables?

Mediante distintas tecnologías como la separación por densidad o sistemas de corrientes de Foucault, aislamos el cobre y el aluminio presente en los cables eléctricos reciclado con niveles de pureza superiores al 95 %, adecuados para su reintroducción en la industria.

Estos metales obtenidos del reciclado de cables suelen presentarse en forma de granalla, fardos prensados o lingotes, listos para ser fundidos y reutilizados. Pero, ¿dónde?

El cobre reciclado de los cables se destina en gran medida a estas industrias:

  • Industria electrotécnica: para la fabricación de nuevos cables, bobinas, motores eléctricos y transformadores. También es esencial en la producción de componentes para sistemas fotovoltaicos y turbinas eólicas, gracias a su excelente conductividad eléctrica y térmica.
  • Industria de la construcción: donde se utiliza en sistemas de fontanería, calefacción y cableado de edificaciones.
  • Industria del metal: para elaborar aleaciones como el latón y el bronce, presentes en sectores tan diversos como la aeronáutica, la relojería o la instrumentación de precisión.

En cuanto al aluminio reciclado de los cables, su versatilidad y ligereza lo hacen idóneo para:

  • Industria automotriz: donde se emplea en bloques de motor, llantas, estructuras y sistemas de refrigeración.
  • Industria del envase: para fabricar latas, bandejas, blísteres…
  • Industria arquitectónica: para la construcción de perfiles, fachadas, marcos de ventanas…
  • Industria electrónica: principalmente para elaborar nuevos cables, pero también para fabricar carcasas y disipadores térmicos.

La calidad del cobre y el aluminio recuperado de los cables reciclados suele ser tan alta que permite su uso en aplicaciones técnicas exigentes, sin necesidad de mezclarlo con metal virgen. Esto no solo reduce la presión sobre las explotaciones mineras, sino que también ahorra hasta un 90 % de la energía necesaria para producir metal primario.

Conclusión: una nueva vida con alto valor añadido

El reciclado de cables no es solo una parte clave de la gestión de residuos, sino una vía efectiva para recuperar metales estratégicos y reintroducirlos en diversos sectores industriales.

Lejos de convertirse en material de segunda categoría, el cobre y el aluminio recuperados de cables se transforman en componentes esenciales para tecnologías, infraestructuras y productos cotidianos. Pero para ello es necesario que empresas y particulares lleven los cables viejos a quienes se encargan de su reciclado, como es el caso de Álvarez San Miguel.

Ven a vernos si tienes cables de cobre o aluminio y nosotros nos encargamos de su reciclado para que esos metales tengan una segunda vida.

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