Degradación de los metales - Álvarez San Miguel

¿Qué ocurre con los metales que no se reciclan? ¿Tardan mucho tiempo en descomponerse en el medioambiente?¿Cuáles son las consecuencias de la degradación de los metales?

Si alguna vez te has planteado estas cuestiones, no dejes de leer este post en el que les damos respuesta. Además, aprovecharemos estas líneas para insistir en la importancia de reciclar las chatarras férricas en una empresa especializada como la nuestra.

La degradación de los metales.

Lo primero que debes tener presente es que ni todos los metales tardan el mismo tiempo en degradarse ni dañan de la misma manera al entorno en el que lo hacen. La pureza y el grosor influyen notablemente en el tiempo de degradación, pero también en las condiciones ambientales en las que se encuentren.

Para que te hagas una idea, aquellos metales que han sido procesados y se usan en forma de capas muy finas como puede el aluminio que se utiliza en las latas de bebida, su tiempo de degradación gira en torno a los 30 años.

Sin embargo, la degradación de metales más gruesos como los que se utilizan en el sector de la construcción, por ejemplo las vigas de hierro, tienen un tiempo de descomposición que oscila entre los 200 y los 500 años.

Aunque quizás, lo verdaderamente importante no es cuánto tiempo tardan en degradarse los metales que no se reciclan correctamente sino el impacto y las consecuencias que tiene para el entorno en el que se encuentran. Lo analizamos ahora.

¿Y qué impacto causan en el medioambiente?

Cuando se arroja una cantidad importante de metales al medioambiente, resulta difícil estimar sus consecuencias ya que depende, en primer lugar, del tipo de metales.

En algunos casos, las consecuencias de la degradación de los metales pueden ser fatales, sobre todo si entre los metales abandonados hay presencia de mercurio, cadmio, arsénico o plomo. Todos ellos son materiales muy tóxicos que contaminan el agua, el suelo y la atmósfera, además de que también pueden ser realmente perjudiciales para el ser humano, sobre todo si acaban suspendidos en el aire por haber sido sometidos a procesos de combustión.

Hay otros metales que, aunque a priori pueden parecer menos tóxicos, su degradación también puede contaminar el agua de ríos y mares, poniendo en peligro la biodiversidad de la zona. Es el caso de restos de maquinaria industrial, de vehículos, de electrodomésticos, de tuberías… y de muchos objetos variados que se elaboran con metales y que se arrojan a ríos o pantanos ante la duda de no saber qué hacer con ellos (o muchas veces la pereza de acudir a un sitio para reciclarlos correctamente).

 

Por todo ello, resulta fundamental acudir a una empresa especializada en la gestión de residuos y el reciclaje de chatarras férricas y no férricas. Su reciclado y posterior reutilización contribuye de forma significativa a frenar la contaminación, no agotar las materias primas, mejorar la sostenibilidad del planeta y evitar la acumulación de tantos residuos. Acude a Álvarez San Miguel si estás buscando una empresa para vender chatarra y materiales de desecho. Consúltanos cualquier duda.

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