Quizás hayas oído hablar del código LER, un sistema oficial de identificación de residuos establecido dentro del marco de la Unión Europea y que ha dado lugar a la llamada Lista Europea de Residuos. Pero lo que quizás no sepas es cómo afecta al reciclaje de cada uno de los tipos de residuos que existen como, por ejemplo, la chatarra.
¿Quieres saber un poco más sobre este tema? Pues hoy te explicamos qué es el código LER y cómo afecta al sistema de clasificación de la chatarra con la que trabajamos.
¿Qué es el código LER?
Las empresas que nos dedicamos al reciclaje de chatarra en Madrid debemos conocer, obligatoriamente, el código LER, ya que sienta las bases de cómo se codifican estos residuos.
Como te adelantamos, este código es la base de la Lista Europea de Residuos, que no es otra cosa que un listado de residuos publicado en origen en la Orden MAN 304/2002, de 4 de febrero y mediante la cual se establece una fórmula para regular las operaciones de valorización, clasificación y gestión de residuos de manera legal.
Según esa orden, y para facilitar estas operaciones de reciclado, los residuos deben codificarse en seis cifras, dando lugar a un código numérico LER en el que cada dígito proporciona una información muy concreta:
- Las dos primeras cifras hacen referencia al capítulo del residuo, es decir, a la tipología general a la que pertenece ese residuo.
- Las dos siguientes cifras se refieren al subcapítulo, es decir, a aspectos que explican de manera más precisa el proceso que ha ocasionado ese residuo.
- Las dos últimas cifras definen al residuo de manera muy específica, detallando aspectos de su producción y de sus componentes.
- Para finalizar, el código LER puede llevar un asterisco final si se trata de un residuo peligroso.
¿Cómo se codifica la chatarra según el código LER?
Como los códigos LER están divididos en capítulos y subcapítulos, basados todos ellos en los procesos de producción, los componentes y la tipología del residuo, la labor de codificar la chatarra recae en los responsables de su gestión que deben ser capaces de identificar y clasificar los diferentes procesos productivos que la ha generado, así como sus componentes o grado de peligrosidad.
Dicho de otra forma, es nuestra experiencia y conocimientos lo que nos permite realizar una buena codificación de la chatarra que llega a nosotros para, posteriormente y tras haberla clasificado, poder gestionarla adecuadamente.
En este caso, para homogeneizar la clasificación y codificación de la chatarra atendiendo al código LER, existen hasta 20 capítulos distintos que sirven para que todos los residuos de chatarra tengan cabida y sean susceptibles de ser clasificados en uno u otro.
Pero una vez identificado el capítulo correspondiente, el subcapítulo correcto dependerá mucho del grado de información que, como empresa especializada en el reciclaje de chatarra, nos hayan aportado las personas o las empresas de las que procede. Esto es especialmente importante de cara a añadir ese asterisco final que sirve para identificar el residuo como peligroso según el código LER.
El código LER facilita un lenguaje común cuando se trata de valorar y clasificar residuos, pero sin duda, es la acción de quienes optan por el reciclado y de las empresas que estamos certificadas para llevarlo a cabo en quienes recae el buen hacer y que los residuos sean codificados correctamente. En Álvarez San Miguel contamos con años de experiencia realizando el reciclado de chatarra y compra de metales, atendiendo siempre tanto a la normativa nacional como a la europea LER. Gracias a todos los que habéis contribuido a conseguirlo.
